Los estudios han mostrado hasta ahora que obtenemos beneficios siempre que llevemos a cabo una actividad física de forma constante, es decir, practicándola unas tres veces por semana y con una duración mínima de treinta minutos. Se ha podido observar también que cuando dejamos de practicar dicha actividad los beneficios, o al menos algunos, desaparecen, por lo que es importante instaurar el deporte como un hábito en nuestra rutina diaria.