1. Te enfermas más seguido
Tu sistema inmune no cumple el proceso que ayuda a combatir infecciones durante la noche. No genera anticuerpos y células que combaten enfermedades como el resfriado. Estás más expuesto a virus y tardas más en recuperarte.
2. Riesgo de enfermedades crónicas
Aumenta el riesgo de obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedad renal. Durante la noche el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar células y controlar el uso de energía. Estos cambios hormonales pueden afectar el peso.
3. Aumenta el apetito
Dormir bien debe ser parte de una rutina saludable. Dormir mal causa desequilibrios hormonales que generan hambre y apetito. Se antojan más los alimentos ricos en hidratos de carbono y calorías. Lo que resulta en aumento de peso. Debes dormir bien si tu objetivo es mantener un peso sano o bajar de peso.
4. Afecta la salud cardiaca
Tu presión arterial sube y baja mientras duermes. Este es un proceso importante para tu salud cardiovascular y no se lleva a cabo si no duermes bien.
5. Trastornos del sueño
No dormir bien genera un círculo vicioso y mezcla de muchas enfermedades. La obesidad provoca dificultad para dormir bien y gozar de un descanso de calidad. Recuerda que la falta de sueño aumenta el riesgo de subir de peso. A su vez, la obesidad genera otros trastornos del sueño como la apnéa y ronquidos.
6. Provoca ansiedad
No dormir bien a largo plazo puede causar problemas de ansiedad y depresión. Además el estrés también afecta la calidad del sueño.